De quién depende lo que nos pasa

A veces culpamos al universo de las desgracias que nos pasan, convencidos de que no hay nada que le podamos hacer al respecto. Pero, también hay personas que están convencidas de que ellos pueden influir en lo que les pasa e incluso facilitar que les pasen cosas buenas.
El concepto «locus de control» habla de la percepción que tiene una persona en relación a cuál es el causante de los acontecimientos que le suceden en el día a día. Existen dos tipos: interno y externo.
¿Quién creemos que es el causante de lo que nos pasa?
Locus de control interno:
Esta es la percepción de que los eventos ocurren principalmente como efecto de nuestras propias acciones, es decir, que nosotros mismos controlamos nuestra vida.
Las personas con esta forma de pensar es que asumen la responsabilidad de sus acciones, se dejan influir menos por las opiniones de los demás, son más independientes y, en general, tienen más sensación de autoeficacia.
Locus de control externo:
Se trata de la percepción de que los eventos ocurren principalmente por causas externas a nosotros, son las situaciones u otras personas las que controlan lo que sucede en nuestras vidas.
Las personas que piensan así es que culpan a causas externas por sus circunstancias, se sienten poco capaces de afrontar situaciones difíciles y basan su éxito principalmente en la suerte.
Una persona con esta forma de pensar puede aprender que sus acciones son independientes de las consecuencias, es decir, haga lo que haga no hay manera de evitar el malestar y el sufrimiento. Esto tendría que ver con la teoría de la Indefensión Aprendida del locus de control externo que se ilustra muy claramente en el cuento del Elefante Encadenado de Jorge Bucay.
Por otro lado, las personas con un locus de control interno, es decir, que creen que tienen poder sobre las cosas que le suceden, manejan mejor el estrés, tienen más autoestima y menor probabilidad de sufrir depresión.
¡¡OJO!!
No obstante, esto no significa que no nos sucedan cosas en la vida que sean incontrolables para nosotros. Intentar controlar aquello que no está en nuestra mano nos provoca frustración y ansiedad. La aceptación también es una parte clave para una vida plena y con sentido.
Responsabilizarnos de nuestra vida, sabiendo identificar y analizar las situaciones de manera realista, teniendo en cuenta nuestros límites y también nuestras capacidades, favorece nuestra salud mental y nuestro bienestar.